De Standsted cogimos a las 7 de la mañana si mal no recuerdo, un autobus hacia Londres. Pensábamos que estaría más cerca pero nos dió tiempo para pegar una cabezada incluso. Entremedio de ese sueño tan horrible que teníamos, comenzamos a percibir cambios...conducción por la derecha y adelantamientos por la derecha...todo camionero que se precie con su chaleco reflectante puesto...y ese cielo, que nos hace echar de menos el cielo de nuestra tierra. Un cielo gris y entoldado nos recordaba que esto no era ya España, y que estabamos a muchos kilómetros.
Parece que ya estabamos llegando a la zona céntica. El autobus se para y era la última parada. Manolo, yo y nuestro par de maletas de 15 kilos cada una, nos encontrábamos en Liverpool Street. Hora punta, las 9 de la mañana y no sabíamos si tirar para la derecha, para la izquierda, cruzar...todo menos quedarnos parados porque la muchedumbre se topaba con nosotros. Manolo tuvo la genial idea de que tirásemos para la derecha, y allí vimos una enorme escalera que bajaba. Era la boca de metro de Liverpool, aunque bien se podría decir que era como un hormiguero. Nosotros sin saber qué linea teníamos que coger para llegar a Ilford, donde teníamos reservadas las primeras noches en Londres. Nos compramos la tarjeta del día, que por ser hora punta, nos la cobraron más cara...más aún de lo que ya de por sí es el transporte en esta ciudad. Cogimos mi planito de metro...y linea roja al canto.
Nos bajamos en Gans Hill, ya que se supone que era la más cercana al "hotel". Despues de andar durante 1 hora dando vuelta con las maletas, con contracturas en casi todos los músculos de mi cuerpo y después de haber preguntado a 6 o 7 personas (a una de las cuales nos la encontramos dos veces, nos lió una barbaridad y eso es para escribirle otra entrada aparte)...llegamos a Argyle Road.
Llegamos antes de la hora a la que se puede entrar en la habitación, asi que le pregunté al recepcionista (que era indio por lo menos) y nos dijo que podíamos dejar las maletas alli en "recepción" y que volviéramos en un rato cuando la habitación estuviera limpia.
Así que eso hicimos, como estabamos tan descansados y con tantas horas de sueño dormidas...nos fuimos a conocer un poco Ilford. En esta zona encontramos de todo menos anglosajones, vaya mezcla de etnias. Y lo peor de todo, es que los raros allí seríamos nosotros jajaj. Empezamos a ver esas costumbres del país, como la forma de alimentarse. Todos comiendo a deshora, de pie enmedio de la calle o en el bus. MacDonalds nada más que con el público que tiene en Londres tendría de sobra, digamos que es el restaurante de comida-rápida rey. Luego vimos Subways, Fish and chips, Kebabs...comida no del todo sana.
Luego el de recepción nos lo explicó, y lo más rápido para llegar al hotel era coger el metro hasta Startford y de ahí el tren hasta la estación de Ilford, a dos calles de nuestro hotel...maldita ignorancia...
En estos primeros días, nos pusimos las pilas y conocimos muchas cosas de Londres: primero fuimos a Oxford Circus y la zona de Picadilly, que llegamos cuando ya había oscurecido y se veía precioso. Parecía que era la noche de reyes, con tanta gente y tantas luces...A los siguientes días fuimos a conocer más cosas de Londres, a la par que buscamos albergue en los hostel juveniles...aunque con poco éxito ya que estaban todos hasta arriba de gente. Visitamos Notting Hill, Hyde Park y su Speaker Corner, el Marble Arch...
Que por cierto, me enteré ayer que el Speaker Corner se le llama así ya que todos los domingos la gente que quiere expresarse, baticinar el fin del mundo, quejarse contra el sistema...puede hacerlo allí. La policía suele ser muy permisiva con esto y permite que cualquier ciudadano se convierta por un dia en orador y se ponga a pegar berridos reclamando la atención de los viandantes.
Se nos acababan las noches de hotel en Ilford, y aun no teniamos apalabrada casa. Ilford quedaba muy lejos del centro de Londres, en la zona 4 y nos estabamos dejando un dinero en transporte. Así que decidimos mudarnos por un par de días a un hostel en Lancaster. Todo un acierto. Cogimos una habitación de 6 personas, pero tuvimos suerte porque sólo nos metieron a alguien más, Tizziano, un italiano muy simpático y con el primero que empecé a practicar un poquito de mi inglés jajaja.
Ya me sentía mas londinensa...era un ambiente más bohemio y mas de nuestra edad. Empezamos a quedar con gente de los hostel y...empezamos a conocer la noche londinensa!!! jajaja
Además tuvimos algo que celebrar, habíamos conseguido casa, una habitación doble en Willesden Junction, zona 2 junto a la estación y muy buenas combinaciones...no podíamos quejarnos.
Ya sabemos lo que es irse de fiesta por Picadilly, salir en One e irse a comer una hamburguesa luego, y no en Urbisur jaja. También hemos conocido por ahora el Oneill's, que por cierto me gusta más y tiene música en directo. Yo lo aconsejo tanto para un viernes como para un domingo, día que escuchamos a este grupo y la verdad es que estuvo bastante bien:
Y esto ha sido mas o menos la primera parte de nuestra adaptación. Ahora nos queda la otra parte: trabajar en Londres y estudiar el inglés. Espero que corramos la misma suerte que en la primera parte...ya os iré contando. Saludos!
